Un niño de familia catalana sabe quién es Papa Noel, lo reconoce en anuncios y centros comerciales e identifica con la Navidad, pero no suele aparecer por su casa. Entonces ¿no tiene regalos por Navidad? En absoluto.
En Catalunya existe otro personaje protagonista en estas fechas: el “tronc”, “soca” o “tió”, es decir, el tronco de navidad, alguien que no trae los regalos, los caga.
Esta tradición nació hace mucho tiempo como sistema de mantener a los niños despiertos entre la cena de nochebuena y la misa del gallo, una misa que comienza a las 12 de la noche para celebrar el nacimiento de Cristo.
Qué es y preparativos
El tronco de navidad es exactamente eso: un tronco de madera con una cara pintada y a veces con la “barretina”, el sombrero típico catalán, parecido al que lleva Papá Pitufo, pero con una franja negra. Este tronco es mágico, como todos los personajes de la navidad, y suele sacarse del desván de las casas a principios de diciembre. Se coloca en un lugar preferente del hogar y los niños deben acordarse de darle de comer todos los días. El tronco sólo come mientras los demás duermen.
Funcionamiento
El día 24 por la noche, después de cenar, el tronco es el centro de atención de la casa. Se cubre con una manta para que no tenga frío, y se facilita un bastón (por ejemplo un mango de escoba) a cada niño. Los bastones deben mojarse en agua mágica, en un cubo situado en otra estancia de la casa, durante unos minutos en los que el tronco se concentra y se prepara junto a los adultos, que son quienes indican el momento de entrar en el salón.
Cuando se les avisa, los niños entran y empiezan a pegar bastonazos al tronco mientras cantan la canción mágica. Traducida es algo así:
“Tronco, tronco de Navidad
Caga turrón
Y mea vino blanco.
No cagues arenques, que son salados
Caga turrones, que están muy buenos”
Tras esta cantinela, los niños levantan la manta, y debajo ¡hay regalos que ha cagado el tronco! Es un momento de locura: los papeles de regalo vuelan, hay gritos de emoción… pero no se puede contemplar demasiado cada cosa, porque se debe repetir la operación una y otra vez: mojar el palo en agua mágica, esperar a la llamada de los adultos, aporrear al tronco, levantar la manta y encontrar los regalos…
Cuando el tronco caga una cebolla o una patata es señal que no cagará más, y que se debe dejar descansar hasta el año siguiente.
Hoy en día
Hoy, muchos hogares realizan este ritual no como sistema de mantener a los niños despiertos, ya que pocos asisten a la misa del gallo, sino como modo de dar los regalos a niños y mayores y pasar un buen rato en familia. Por eso no siempre se hace el 24 por la noche, sino también el 25 o incluso el 26, cuando se reúna cada familia.
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