A veces es complicado quedarse un domingo en casa, no por uno que es un bicho canasto, Sino por los peques que comienzan a revolear lo que tengan a mano.
Esta tarde la mayor salió a pasear con un amigo y Oli no la dejaba ir, así que tuvimos que bajar todos para intentar distraerlo con algo. En un momento que se puso a jugar en el bordillo Vicky se escapó y pudimos seguir caminando sin problemas.

Jugó con la tierra del Paseo, pasamos por su nuevo cole, se lo mostramos y le metimos emoción a la vuelta al cole y jugó un rato a ir y venir.
Además nos encontramos un regalito que algún vecino dejó al lado del contenedor (para nuestra terraza).

Como estamos en “modo manitas” nos tocará lijarlos y barnizarlos para nuestras tardes y noches de lo que queda de verano!
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